Antes de terminar nuestro viaje por Croacia decidimos visitar el país vecino y colindante Bosna i Hercegovina. Salimos de Mljet otra vez con el ferry, pasamos por Ston y cruzamos la frontera en Metković (en realidad ya habíamos pasado por los 9 km de costa bosniaca pero sin pena ni gloria…).
La primera parada fue en las cataratas de Kravice.
Dormimos en el bonito pueblo reconstruido de Počitelj.
Aquí fue nuestro primer gran encuentro con el mundo musulmán y sus mezquitas. El pueblo estaba casi vacío y la llamada a la oración al atardecer nos dejó los pelos de punta, muy emocionante.
Al día siguiente visitamos Mostar y su famoso Stari Most.
El centro histórico de la ciudad está totalmente reconstruido y es sorprendente.
También es sorprendente el contraste con el resto de la ciudad donde todavía las huellas de la guerra siguen marcadas donde quiera que mires.
Paramos en Tarčin donde conocimos a Alex y su tropa. Fue una tarde estupenda, pachanga de futbol en el patio del cole, partidita de billar, visita guiada por la aldea, pivo en el bar de la aldea y finalmente intercambio de sudaderas y camisetas de la selección de Bosna. Alex también nos hizo ver un poco mejor la realidad de la gente en Bosnia: hay que andarse con mil ojos que la gente todavía está bastante necesitada y la mayoría guardan un arma en casa… Hvala lisepo Alex!!!!
También un día muy bonito en Sarajevo.
Otra vez nos encontramos con el centro histórico reconstruido, precioso, y el contraste con el resto de la ciudad… Aunque aquí en la capital ya se ven nuevos centros comerciales, viviendas, oficinas…
La mezcla cultural y religiosa de la ciudad es sorprendente,
cada uno con sus costumbres y hábitos, el día a día,
las cafeterías,
el ajedrez en la calle (aquí la gente mayor no juega a la petanca…)
El camino de vuelta a Croacia, fue toda una odisea. Decidimos volver a Croacia por el pueblo casi fronterizo de Trebinje. Los paisajes increíbles eso sí, pero la carretera no se le podía ni denominar camino de cabras. Cada vez que nos encontrábamos la señal de ¡atención, animales en libertad! De verdad había animales en libertad: ovejas, vacas, cerdos, burros rampaban a sus anchas por la carretera… Alrededor todos los campos estaban minados, avisados por carteles ¡como para bajarse de la furgo!. Ya a unos 50 km de llegar a Trebinje, en la parte Serbia de Bosnia, la policía nos paró y nos querían poner una multa por el desgaste de los neumáticos ¡ni que estuviesen lisos! Pero gracias a que ellos nos hablaban nada de ningún otro idioma que no fuese el serbio, y a que nuestros conocimientos de serbio eran los mismos que para ellos el de el español, nos libramos de la multa!!! Eso si ya en mente nos quedó la idea de cambiar los neumáticos a la que pudiésemos…
Cuando llegamos a Trebinje habían pasado más de 6 horas y sólo 220 km…