Budapest

Lo primero que hicimos al llegar a Budapest (15/06) fue llevar la furgo a un camping:  necesitábamos desesperadamente poner una lavadora! El camping estaba muy bien situado, muy céntrico. Cogimos las bicis y no paramos de pedalear hasta recorrer los centros de Buda y de Pest.

La ciudad se formó por la unión de dos ciudades Buda y Pest separadas por el río Danubio.

el gran Danubio

Buda está situada al oeste del Danubio, y en sus altas colinas es donde se encuentran el castillo y edificios medievales.

el castillo de Buda forma parte del Patrimonio de la Humanidad (UNESCO)

Al otro lado del río se encuentra Pest, más bullicioso, con amplias avenidas, bares y restaurantes, calles comerciales, edificios monumentales y muchos parques.

En el centro del Danubio hay una isla-parque estupendísima llena de árboles, donde la gente de Budapest va a pasear, andar en bici, correr, tomar unas cervecitas… en un ambiente muy agradable.

La noche en Pest es muy… Berlín. La verdad es que nos recordó mucho al ambiente berlinés de biergartens, terracitas, buen rollo, buena música… Una pena que la cámara se quedase sin batería y no os podamos enseñar unas fotos…

En definitiva, Budapest nos encantó y nos quedamos con ganas de volver con más tiempo para poder exprimir la ciudad al máximo!!

Magyarország (Hungría)

Decidimos entrar en Hungría por carreteras secundarias, para poder conocer mejor sus  pueblos. Nos dirigimos al Kiskunsági Nemzti Park, cerca de Bugac, conocido por sus dunas y caballos.

Después de pasar el día entre caballos, continuamos dirección Budapest haciendo noche Kiskunlachaza.


Србија (Serbia)

Con el Danubio todavía inundado llegamos a Belgrado (Беoград) donde conocimos a Mikel y Maruchi, una simpatiquísima pareja astur-pamplonica a la que al igual que a nosotros les encantaba viajar.

Pasamos una noche estupenda charlando hasta las tantas, compartiendo picoteos y birritas. Nos dejaron un regalo que en ese momento para nosotros

  valía su peso en oro: un paquetito de jamón serrano!!!!!! Madre mía que  bocotas que nos hicimos al día siguiente!!! Otra vez: millones de gracias!!

Así como Sofía nos sorprendió porque no esperábamos mucho de ella, Belgrado nos decepcionó un poquillo por las grandes expectativas… Pero de todos modos nos quedamos encantados con la visita!

Coincidimos con una fiesta gastronómica que nos alegró el día con su comida y música buenísima en directo bajo un sol ardiente y abrasador…

mmmMm que rico!!

Buscando sombra nos fuimos metiendo en unas cuantas exposiciones que nos sorprendieron pero que muy gratamente.

Paseamos por aquí y por allí, tomamos un cafelito, visitamos el mercado…

 

Los turistas en Serbia tienen que estar registrados cada día en algún alojamiento, ya sea hotel, camping… o la casa de algún conocido. Y nosotros que no somos muy amigos de pasar mucho tiempo en campings decidimos que lo mejor era salir pronto del país.

Así que marchamos dirección Subotica que está muy cerca de la frontera. Antes pasamos por Novi Sad (Нови Сад), sin pena ni gloria…

y por Palic (Палић) que tiene un lago con mucho encanto y por supuesto también muchos mosquitos…

Ya volviendo desde el lago a la furgo empezamos a oír una música que sonaba muy bien. Nos adentramos entre el bosque y descubrimos un anfiteatro donde había un espectáculo de danzas regionales con música en directo! Vaya sorpresa!! Y como bailaban, no paraban de saltar ni un instante, que resistencia!!

Subotica (Суботица) es una ciudad bastante pequeña que es conocida por su arquitectura modernista. En un par de horas vimos los edificios más famosos, muy bonitos, sobre todos los tejados de colores…

България (Bulgaria)

De Bulgaria nos sorprendieron muchas cosas, volver a ver más iglesias que mezquitas, las montañas de bosques tan frondosos, los machacas búlgaros con el cuello más grande que la cabeza, las chicholinas de plásticos en todo tipo de anuncios (desde ordenadores hasta supermercados), los esteroides y “vitaminas” que revenden hasta en las gasolineras… Fue todo un cambio después de Turquía…

El primer lugar donde paramos fue Plodvid (Пловдив) . Una ciudad bastante bonita con una ciudad vieja muy restaurada y de agradable paseo.

Allí nos quedamos alucinados con una chica (Ana) que bailaba descalza en la calle. La música, la gente que pasaba, sus movimientos y el control que tenía de hasta la última célula de su cuerpo nos retuvieron un buen rato mirando con la boca abierta, embobados.

La siguiente parada fue Rila (Рила) . El viaje hasta allí fue toda una maravilla, lleno de carreteritas que atravesaban montañas, bosques y nubes que volaban bajo.

En Rila hay un monasterio ortodoxo con una iglesia repleta de frescos, todos muy graciosos, como si los hubieran pintado niños.

El interior de la iglesia, como casi tods las ortodoxas que hemos visto, era muy oscuro con mucho incienso y con un monje con un mini botafumeiro que daba un poco de medio.

Cerca del monasterio bajaba un río con caminos alrededor por los que no pasa nadie, muy tranquilo, el lugar perfecto para darle unos golpes a la darbuca que habíamos comprado en Edirne.

En Rila conocimos a Luc e Ingrid, unos chicos franceses que quieren llegar con sus bicis hasta el centro de Asia. Su blog: http://selleaventure.blogspot.com/ Tienen fotos espectaculares. Por la mañana antes de de irnos a Sofía y ellos en ruta, Luc nos dejó apañada una de la bicis, que tenía la la llanta de la rueda tan doblada que ni andaba…

Al mediodía llegamos a Sofía (София) . Nos cambió la idea que teníamos sobre la capital búlgara. Era un “martes” tranquilo, paseamos por sus parques y zonas verdes,

también por sus barrios y edificios de arquitectura robusta de la era comunista mezclados con otros más clásicos.

Había tranvías por todas las calles,

vimos sus iglesias ortodoxas, sinagogas y mezquitas.

Y de lo que más nos llamó la atención fueron esas tiendas-sótano que abundaban en la zonas bajas de la calles, donde por el único hueco que se despachan a los clientes, es por una ventana que llega a la altura de las rodillas.

Al día siguiente llegamos a Belogradchik ( Белоградчик) en los alrededores de este pueblo hay un bosque enorme donde asoman unas formaciones montañosas de roca rojiza volcánica, en las que puedes ver todo tipo de formas…

Como última parada en este bonito país, visitamos Vidin (Видин) que es un pueblito a la orilla del Danubio con un paseo “riítimo” encantador. El Danubio se había inundado hacía pocos días y los malditos mosquitos no nos daban ni un descanso. Una vez más pudimos sobrevivir a la noche gracias a la mosquitera de Saru, que ya nos había salvado la vida otras muchas veces.

Gastamos las últimas levas búlgaras en el mercado del pueblo. Compramos fruta, verdura, pan, repuestos para las bicis… Todo baratísimo y en un ambiente muy… como diría Alix: bucólico.

Edirne

Nuestra última parada antes de abandonar Turquía fue Edirne (05/06). La ciudad es famosa por los campeonatos de lucha turca y por la gran mezquita Selimiye que es considerada la obra maestra del arquitecto Sinan.

Allí descubrimos que Edirne también es famosa por su especialidad culinaria… el hígado empanado!!! Y que rico que les sale!! Lo sirven con tomates y cebolla frescos, y como no, para beber un refrescante ayran.

Dimos unos paseos por la ciudad y también vistamos la Eski Cami que es la mezquita más antigua de la ciudad. Son espectaculares las letras gigantes que hay pintadas tanto en el interior

como en el exterior de la mezquita.

Salimos de Edirne y pocos después nos despedimos de Turquía. Fue un mes lleno de experiencias increíbles. Seguro que volveremos!!

Istanbul

¡Por fin llegamos a Estambul!

La dejamos para el final y la verdad que hicimos muy bien, porque ya conocíamos a los turcos, su manera de vivir, sus costumbres pero esta vez concentrado en una ciudad con veinte millones de habitantes, una ciudad con mucha  personalidad.

Lo importante es no dejarse arrastrar por las masas de turistas, intentar verlo todo de una manera más inocente y con buen sentido del humor,

mezclarse con los locales en sus  barrios, buscar zonas alternativas y sobre todo darse un paseo por el Bósforo.

Nos perdimos un par de veces en el caos circulatorio de la ciudad antes de llegar al centro…

A pesar de la imagen idílica que todos tenemos de Estambul, es además una gran ciudad con millones de coches y decenas de rascacielos.

Pasamos dos noches en un parking cinco estrellas en el cuerno de oro. En cuanto llegamos allí, nos llevamos la gran sorpresa de encontrarnos con Nico, su madre y un amigo suyo que también estaban de visita en la ciudad… ¡¡que pequeño es el mundo!! Tomamos un çai muy agradable charlando y compartiendo anécdotas a la orilla del Bósforo.

Este año además Estambul es capital cultural europea, con lo que te podías encontrar por la calle instalaciones modernas y extravagantes al lado de mezquitas con cientos de años…

Nos sorprendió mucho el centenar de pescadores en el puente lanzando sus cañas y con sus cubos repletos de peces todavía vivos.

Paseamos horas y horas por la ciudad, visitamos mezquitas

y desde la barrera Aya Sofía,

comimos los típicos bocadillos de pescado, döners, mejillones,

montones de mazorcas de maíz, pilaf, köfte,

bebimos ayran y Efes….vimos la torre Galata de cerca y de lejos,

vimos exposiciones de fotografía y conciertos en la calle,

manifestaciones por el reciente ataque israelí al barco con ayuda humanitaria para Palestina, regateamos en los bazares,

y todas esas cosas  que se pueden hacer en esta ciudad especial.

esto si que es comercio "exterior"

copistería cerca de la universidad

Además, nos pegamos el lujo de un paseo en barco por el Bósforo.

Karadeniz (Mar Negro)

Sin pararnos mucho llegamos al Mar Negro. Resultó que no era negro, más bien azuloscurocasinegro, aunque según dicen los locales según te vas adentrando el mar se vuelve realmente negro. Nosotros no pudimos comprobarlo.

El paisaje en el norte de Turquía es completamente diferente al resto. Está lleno de montañas pegadas a la costa y árboles verdísimos. Incluso nos llovió algunos días. Aquello parecía Asturias!

La primera parada fue Akçakoca. Es el típico pueblo de veraneo turco lleno de turcos, sobre todo gente joven que se dejan ver a la orilla del mar. Con un montón de garitos con música en directo y muchos restaurantes con pescado fresco. Las calles estaban llenas de vendedores, como siempre (mazorcas de maíz, frutos secos, fruta, helados…).

Seguimos nuestra andadura por la costa del Mar Negro, vimos las típicas casas de madera de estilo otomano,

pasamos por miles de curvas por las que cruzaban las vacas sin ningún miedo a los coches, paramos en alguna playita pero no nos bañamos (el tiempo y lo poco cuidadas que estaban las playas no invitaban a hacerlo…).

Paramos en Kefken donde encontramos una calita encantadora.

Allí conocimos a unos señores muy amables que habían vivido muchos años en Alemania  y que nos invitaron a tomar café en su casa.

Seguimos hasta Şile,

y pasamos la noche en frente de su alegre faro a rayas negras y blancas.

Estuvimos poco tiempo aquí aunque el pueblo era muy bonito, ya teníamos muchas ganas de llegar a Estambul!!!

Meke Gölü y Konya

Llegamos al cráter Meke Gölü (29/05), recomendado por Thomas, el sitio es increíble y hasta un poco surrealista rodeado de tres lagos de agua completamente roja.

El cráter en sí estará más o menos a unos 250m de altura y no sabemos muy bien cuando dejó de estar activo.

Cráter de 100 metros de diámetro

En el había bastante fauna, vimos topos, tortugas, salamandras, lagartijas y diferentes especies de aves que no habíamos visto jamás.

Lo recorrimos de todas las maneras posibles: lo rodeamos, lo escalamos (la pendiente sería de un 70%)

y lo bajamos cómo si se tratase de un tobogán gigante.

con algún que otro incidente.....

Nos encantó el lugar,

y más aún el estar completamente solos disfrutando de esas pocas cosas en el medio de la naturaleza, que todavía no están explotadas por el turismo.

Esa misma tarde fuimos a Konya, donde nació la secta Mevlana de los famosos derviches. Nos dimos un primer paseo por el centro pero ya era un poco tarde para ver los sitios que queríamos visitar, así  que nos pusimos a buscar un lugar donde dormir. Vimos una señal de “Caravan Parking” y nos acercamos hasta allí para preguntar el precio pensando que era un camping… Cual fue nuestra sorpresa cuando vimos a una pareja de simpáticos irlandeses que estaban saliendo de allí y nos explicaron que era un parking del ayuntamiento para caravanas y que todo era completamente gratis (agua, electricidad, seguridad, baños…) Lo nunca visto en Turquía!! También nos dijeron que esa misma noche había una “Sema” en el centro cultural Mevlana.

La Sema es la danza de los derviche giróvagos, que es un ritual religioso en el que los monjes de la secta entran en una especie de trance en que ellos hacen de mensajeros entre Dios y los hombres.

La danza consiste en giros que dan los monjes sobre sí mismos y alrededor de otros monjes simulando el movimiento de los planetas y el Sol, mientras los músicos tocaban en directo flautas, tambores e instrumentos que no habíamos visto antes. La indumentaria que llevan hace que el ritual sea espectacular, visten unas faldas largas blancas que se abren haciendo ondas cuando ellos giran. Fue muy emocionante. Toda una experiencia.

Lo único que estropeó un poco la ceremonia fue la actitud de la gente, sonaban móviles a los que la gente incluso respondía, entraban y salían como perico por su casa y hablaban entre ellos sin ninguna consideración… La verdad es que nos sorprendió bastante, porque se supone que es un acto religioso en que el que ellos creen y en el que los monjes necesitan mucha concentración.

A la mañana siguiente visitamos el antiguo monasterio Mevlana que ahora es un museo.

Nos gustaron muchísimo las palabras escritas en las paredes con letras árabes gigantes y los dibujos de formas geométricas que también estaban por las paredes , los coranes manuscritos con cientos de años de antigüedad, las inscripciones en las piedras,

los azulejos de colores vivísimos,

el jardin con el torreón de azulejos turuquesas…

y todo esto rodeados de cientos de creyentes que le rezaban a cada piedra del monasterio.

Nos dimos un paseito por la ciudad, muy agradable por cierto. Comimos unos döners, nos regalaron pastelitos…

Kapadokia (Capadocia)

Nada más llegar a Capadocia fuimos hasta el camping que nos habían recomendado Manuel y Derya en Palmira, y para nuestra gran sorpresa… allí estaban ellos!!!!! Habían cambiado de ruta y ahora iban rumbo a España (esos buenos ratos charlando en Palmira habrán tenido algo que ver…?!).

En el camping también conocimos a Thomas, un hombre muy majete austriaco con muchas cosas que contar de su vida tan intensa como cámara y fotógrafo viajando alrededor del mundo. Tomamos, como no, tes y más tes y compartimos anécdotas. También nos recomendó un “secret spot” a unos 150 km al oeste de Capadoccia, el Meke Gölü.

Allí pasamos tres días estupendos. Paseamos por el Valle Rosa,

fuimos a Göreme, Zelve y  Ürgüp, nos perdimos por la noche por los caminillos… menos mal que había luna llena y brillaba como el sol.

Nos encantó la Capadocia, es como un escenario mágico y lunático,

con rocas con todo tipo de formas imaginables…

con un poco de imaginación puedes ver lo que quieras. Nosotros vimos a David el Gnomo en varias ocasiones, percebes gigantes,

alguna que otra cara,

un conejo a cuatro patas…

De nuevo en Turquía

Volvimos a Turuía, nos sentíamos otra vez como en casa, son la leche los turcos!. Nuestro próximo destino era la Capadocia. Atravesamos carreteras de todo tipo: pequeñas, de tierra, autopistas y muchas en obras, eso sí con unos paisajes increíbles.

Paramos en Nidğe y Gumüşler. Avanzamos un poco más y volvimos a parar en una aldea para ver el valle que era muy bonito.

Viendo la puesta de sol, nos saludaron unas señoras muy simpáticas desde el balcón de su casa, salieron y vinieron a hablar con nosotros. Al rato estábamos las señoras, sus hijos y sobrina tomando té en un altillo sobre el valle con unas vistas preciosas. Como nos había pasado otras veces, ninguno hablaba el idioma del otro, pero aún así nos entendíamos. Más tarde vino el hombre de la familia, y estuvimos horas y horas hablando, como hacía mucho frío nos invitaron a su casa y allí continuamos charlando.

Nos aconsejaron que aparcásemos la furgo en su casa para estar más seguros, e incluso también insistieron en que durmiéramos en su casa, pero cómo no queríamos molestar y además teníamos nuestra casita en su parcela, optamos por la furgo.

A la mañana siguiente nos sorprendieron con un desayuno de reyes:

crema de leche recién ordeñada (la mujer se levantó a las seis de la mañana para ordeñar la vaca), huevos sabrosísimos, roca (una hierba con sabor a limón), cebolletas, pepino, patatas y berenjenas fritas, tomates, yogurt casero, varios quesos también caseros, algo que parecía caramelo líquido que estaba brutal y todo de su propia huerta y riquísimo. Y como no, litros y litros de té para acompañar este manjar.

Luego nos llevaron de visita turística por la aldea, nos enseñaron los lugares de interés, visitamos la mezquita, nos presentaron a casi todos los habitantes del lugar, también nos llevaron a la casa de la mujer más anciana del pueblo que nos invitó a una naranjada, fuímos al establo vimos el ternero, el burro,

gallinas y pollitos, también nos enseñaron sus huertos.

Fue toda una experiencia inolvidable.